miércoles, marzo 15, 2006

X Apaga ya esa luz

















Por enésima vez sentí un escalofrío y el dolor recorrió mi cuerpo. No podía dormir y decidí salir al balcón a tomar aire. Hank se despertó y me ofreció fumar, acepté, tal vez de ese modo se me pasara el dolor. Del chabón que me pegó el tiro ni noticias, cuanto más lejos mejor pensé. Decidí hacer una llamada telefónica, ya estaba podrido del contestador de Valeria. Hank señaló hacia un rincón donde pude reconocer debajo de unos diarios y papeles el paleolítico teléfono.
- Hola...
- ¿Valeria?
- Sí, ¿quién habla?
- El Loco...
- ¡Hola! ¿Dónde estás?
- En Avellaneda...
- Venite para acá, tengo ganas de verte.
- Estoy medio cagado chavala...
- ¿Qué te pasó?
- Riñas callejeras...
- ¿Dónde estás ahora?
- En casa de un amigo...
- Te invito a cenar...
- Acepto.
- ¿Venís?
- Estoy saliendo para allá...
- Bueno, te espero, un beso.
- Chao...
Hank miró por la ventana mientras calaba hondo su cigarro, permaneció en silencio un rato. Tenía sueño, no había comido bien en días y Valeria era una hermosa mujer. Hank sonrió, luego mirándome dijo:
- ¿Tu chica?
- Algo parecido...
- La chica de otro...
- No lo sé... Me voy, gracias por todo Hank.
- Todo bien Loco, suerte.
Salió rengueando, bajó las escaleras y se perdió en la calle, me caía bien ese tipo, algo me decía que volveríamos a vernos. Cerré la puerta y me acosté a dormir, si es que esa noche pudiese dormir sabiendo que mi cabeza tenía precio.
El viaje fue más largo de lo que pensaba, ese colectivo me estaba volviendo loco, cabeceaba, dormitaba y siempre despertaba con el dolor subiéndome por el cuerpo. Bajé por fin de ese insufrible colectivo y caminé muy lentamente hasta la dirección que tenía en ese viejo recorte de diario. Toqué timbre y contestó Valeria. Podía sentir que estaba contenta con mi llegada. Abrió la puerta y me miró con una sonrisa, era bueno ser bienvenido. Me besó, hacía tiempo que no besaba a Valeria, me esperaba con la comida preparada, tal como lo hiciera tiempo atrás. Ese era un grato encuentro, hacía tiempo que no nos veíamos y sabíamos que era agradable para ambos. El teléfono sonó, pero Valeria no contestó. Siguió sonando...