domingo, agosto 06, 2006

XXV Hermoso día hermano perro
















Hank había terminado de contar la plata de la caja, pidió un retiro, pero el supervisor le dijo que en un rato más. De un momento a otro el local quedó sin clientes. Tatiana le comentaba una película a Hank, hacía unas semanas que había conseguido ese trabajo, no le desagradaba aunque era un poco aburrido a veces, lo bueno era su compañera, al menos tenía onda.
- Lindo día, ¿no Hank?
- Sí, corto el almuerzo pero con mucho sol...
- ¿Dónde fuiste?
- Al parque a encontrarme con unos amigos que laburan por aquí cerca.
No había terminado de hablar cuando entró un cliente por la puerta y otro detrás. El primero llegó hasta el mostrador:
- Dale putita, sacá la guita o sos boleta...
- ¿Qué?
- ¡Que me des la guita! ¡Esto es un asalto! Y vos quedate quietito porque te lleno de plomo...
- Dale la plata rusa...
- ¡Quedáte quieto! ¿O sos milico? Mirá que a mi amigo no le gustan los milicos... te va a romper el culito... ¡Dame la plata putita o te cago a tiros!
- Eso es todo...
- ¿Vos me ves cara de boludo? Toto, dame una mano...
- La concha de tu madre, ¡dame la plata!
El primer golpe lo recibió Hank, el segundo y el tercero también... Luego Toto agarró de los pelos a Tatiana y la llevó hasta la caja donde la obligó a sacar todos los billetes y las monedas, todo... Hank seguía en el suelo. Antes de que salieran se escuchó un disparo...
En el auto Julián manejaba y preguntaba a los gritos quién había disparado, Jimy y Toto no respondían... Yo estaba de campana, no había sido...
- ¿Los mataste?
- No, man le metí un cuetazo a ese gil nomás...
- ¿Por?
- Porque me miraba mal...
- Sos boludo Jimy... donde le disparaste...
- Qué sé yo... en el hombro...
- ¿Y vos Toto qué mierda hacías?
- Yo estaba sacando la plata...
- La concha de la lora, mansos pajeros son los dos...
- Era milico, man... si le hubieses visto la cara lo hubieses llenado de plomo...
- Ningún milico trabaja vendiendo entradas para espectáculos...
- Este sí.
- Mejor calláte... Casi nos cagás a todos...
- Igual tenemos que hacer más plata... Con esto no nos alcanza...
- El próximo atentado lo dirijo yo...
- ¿Qué vas a elegir, Aníbal?
- Ya van a ver...
Desperté en el hospital, ya eran como mi segunda casa, ese hijo de puta me había pegado un tiro. Mala leche la mía, justo a mí me vienen a robar... si al menos se hubiesen ido tranquilos, pero estaban sedientos de violencia. Creo que esa fue mi tercera vida, me quedan cuatro... ¡Shit! Tatiana estaba bien, un poco shockeada, yo tenía una molestia en el hombro... una bala... Mierda. ¿Me la habrían sacado ya? Dolía un poco... Encima me habían pegado. Hijos de puta y a cara descubierta nomás y en pleno día... Lindo día, otra vez vendado hermano perro... Otra vez... Y tan soleado que estaba, tan gracioso, tan... violento día...